LARUÉS

LARUÉS
paisaje navado

jueves, 10 de octubre de 2013

UN AÑO EN LA VIDA DE LARUÉS

octubre
¿qué diré de ti? Me traes muchos recuerdos que debo esconder en mi corazón. El clima es bastante benigno y los hombres han comenzado la siembra. Madrugan mucho. El monte es largo y algunos campos distan una hora de camino. El día acorta bastante y el trabajo se hace largo y pesado. Si se siembra hasta el 15 ó el 20 dicen que resulta mejor. Almuerzan de buena mañana, con su sartén de migas, acompañando con una sardina o un trozo de tocino frito, sin faltar la ensalada de pimiento asado con cebollas de Fuentes de Ebro.

Durante el verano la despensa ha quedado medio vacía y se deben racionar los alimentos. En esta época, si se trabaja lejos, no se les lleva la comida. Ésta se toma fría, basándose principalmente en un poco de jamón, longaniza o carne asada, regado con un trago de vino tinto, nunca faltando la bota en las alforjas. Regresaban ya entrada la noche y se les guardaba una cena fuerte, a base de judías o verdura, seguido de un guisado de carne con patatas.

El primer domingo de Octubre se celebraba la Cofradía de la Virgen del Rosario. Los cofrades se juntaban todos en una casa, variando cada año. Parecía una competición de comidas: ¡A ver quién la podía presentar mejor! La mujer o la hija de cada cofrade acudía trayendo la comida. La Cofradía aportaba el vino y un kilo de carne por familia, sustrayéndose de los fondos comunes.

Este mes se celebraba el “Mes del Rosario”. En las mañanas del domingo tenía lugar el “Rosario de la aurora” por todas las calles del pueblo. El 12 de Octubre era muy celebrado en Larués; para eso la “Pilarica” es la patrona de nuestra región. Tenía lugar la despedida de los “quintos”. En esta fiesta teníamos cabida las mujeres; se hacía una buena chocolatada, reinando la camaradería entre la juventud.

En esta época se hacía la vendimia. Pocas casas poseían viña. Las uvas se pisan en el lagar y, pasados unos días, se prensan, para extraer el vino, mosto y vinagre.

Las ferias de Jaca se celebraban el 17. Acudían bandadas de gitanos con burros, resultando pintorescos con sus pies descalzos y el pelo enmarañado. Se guarecían en los corrales del monte. Por lo caminos aparecían gentes de lejanos pueblos, que venían a intercambiar y tratar con sus animales.

Así va transcurriendo este mes, con la llegada del frío y del fuerte viento del Norte que preludian el invierno; aunque el calendario no lo anuncia hasta Diciembre, en nuestras tierras aparece pronto, dando de ello respuesta el termómetro.

Avelina Ferrández

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