LARUÉS

LARUÉS
paisaje navado

lunes, 15 de abril de 2013

UN AÑO EN LA VIDA DE LARUÉS

abril




Y sin pensar me he metido en Abril, y “en Abril las aguas mil”, según reza nuestro refrán. Los árboles están reverdeciendo, indicio de primavera, y tus campos lucen espléndidos verdes como pinares. Las hojas, ya más fuertes, son espuntadas por los corderillos. En este mes el despertar del campo es amplio.

Se siembran las patatas en nuestra fuerte tierra de secano. No se riegan a su debido tiempo, y por eso se criarán grandes y pequeñas. Éstas últimas se cuecen en grandes calderos para los cerdos y gallinas, unidas a los desperdicios de la selección del trigo, cuya fina harina se emplea para elaborar el rico pan casero. Estos desperdicios suelen llamarse harina de tercera, “salvado”, que es la cascarilla que protege la harina seleccionada.

Ya la tierra se abre en profundos surcos mediante la labranza, ayudados por yuntas de bueyes o mulos. Se utilizan los aperos o vertederas, provistos de una larga manguera de madera, conducida por la mano del hombre, que duramente debe seguir y dirigir a las bestias paso a paso. Posteriormente se introdujeron también los bravanes, que son arrastrados por cuatro animales mediante gruesas cadenas. Este medio de labranza resulta más fructífero, pues sus grandes cuchillas abarcan más centímetros de tierra, y así pueden desarrollar más trabajo.

Así quedan los campos preparados para la sementera, que no será hasta finales de Septiembre. El aire y el sol del verano dan elementos necesarios para su fertilización. A ello contribuye el estiércol que producen los ganados, siendo sustituido en parte por los nuevos abonos minerales.


El día 5 de Abril, San Vicente Ferrer, es fiesta patronal. Va siguiendo Abril con sus almendros en flor, sus riachuelos de agua cristalina. Toda la Naturaleza se abre pujante para recibir al mes de Mayo.

Avelina

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