Coplas de amor en el día de San Valentín
Entre tus negros cabellos
llevas prendida una flor
¡cuidado…, no te la roben!
que la flor te da candor.
Los rosales de tu huerto
me parecen sin color
comparados con tu rostro
que relumbra más que el sol.
Cuando pasas por la calle
con tu gracia y tu donaire
pareces el “arco iris”
que después del trueno sale.
Por una esquina venías
y yo de lejos te vi:
tus mejillas eran guindas
que me endulzaban a mí.
Una noche yo soñé
que las estrellas bajaban
y en tu lecho refulgentes
el rostro te acariciaban.
Dicen que vienes deprisa
porque tu madre está enferma,
chiquita, que me enamoras,
además de hermosa, ¡buena!
Prendido llevo en el pecho
el alfiler de tu amor,
alfiler que tú prendiste
y no logro arrancar yo.
Si mi corazón supiera
qué rumbo el tuyo tomó,
quizá… cambiara las velas,
quizá… cambiara el timón.
Entre tus negros cabellos
llevas prendida una flor
¡cuidado…, no te la roben!
que la flor te da candor.
Los rosales de tu huerto
me parecen sin color
comparados con tu rostro
que relumbra más que el sol.
Cuando pasas por la calle
con tu gracia y tu donaire
pareces el “arco iris”
que después del trueno sale.
Por una esquina venías
y yo de lejos te vi:
tus mejillas eran guindas
que me endulzaban a mí.
Una noche yo soñé
que las estrellas bajaban
y en tu lecho refulgentes
el rostro te acariciaban.
Dicen que vienes deprisa
porque tu madre está enferma,
chiquita, que me enamoras,
además de hermosa, ¡buena!
Prendido llevo en el pecho
el alfiler de tu amor,
alfiler que tú prendiste
y no logro arrancar yo.
Si mi corazón supiera
qué rumbo el tuyo tomó,
quizá… cambiara las velas,
quizá… cambiara el timón.
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